martes, 25 de marzo de 2008

DETECCIÓN, DERIVACIÓN Y COORDINACIÓN DE LA ATENCIÓN TEMPRANA


DETECCIÓN, DERIVACIÓN Y COORDINACIÓN DE LA ATENCIÓN TEMPRANA



Detección

Se considera como principio general que el proceso de detección ha de iniciarse lo más pronto posible en la vida del niño y que, en consecuencia, el medio hospitalario, y más específicamente los servicios de Neonatología, más próximo a los primeros momentos de su existencia, es el que puede garantizar en primer lugar una detección verdaderamente temprana.

Otros servicios del ámbito hospitalario, como los de Neuropediatría y las especialidades de Oftalmología y Otorrinolaringología, etc. pueden contribuir también a la detección de situaciones específicas en las que puedan estar comprometidas deficiencias o alteraciones de funciones neurológicas o sensoriales.

La Atención Primaria de Salud también desempeña un importante papel en el proceso de detección de las condiciones de alteración o deficiencia que no se han manifestado en la etapa hospitalaria del nacimiento o que no ha sido posible predecir en ese momento.

En otros contextos de la vida del niño, como el escolar, pueden también detectarse situaciones desfavorables más específicamente vinculadas al desarrollo evolutivo del niño y a capacidades tanto físicas como cognitivas y sensoriales, por cuanto el medio educativo comporta para el niño abordar continuamente experiencias de aprendizaje que suponen el compromiso en una u otra medida de todas sus capacidades.

Los Servicios Sociales Generales así como los Centros y Servicios especializados en Atención Temprana, pueden constituir medios de extraordinaria utilidad para iniciar un proceso de detección que posteriormente continuarán alguno de los anteriormente citados.

Derivación

La detección temprana carece sin embargo de toda efectividad si no va seguida inmediatamente de las medidas de atención e intervención precisas en cada caso. Es por esto que la prontitud en la detección ha de acompañarse de la inmediatez de la respuesta, sin que medie intervalo temporal que demore la puesta en marcha de las actuaciones que cada niño requiere.

Con este norte como objetivo, se considera que el servicio que ha detectado la alteración o deficiencia es quien se encuentra en mejor posición para establecer si de éstas se deriva la necesidad de una respuesta de atención temprana.

En la actualidad son los Centros Base del INSERSO los que realizan la valoración y calificación de las minusvalías, determinando el tipo y grado de deficiencia de cada niño, emitiendo la correspondiente certificación de minusvalía o de presunta minusvalía. Esta posibilitará en su caso el tratamiento que precise el niño en los centros destinados a tal fin: públicos (Centros Base) o privados subvencionados.

No obstante, desde el ámbito de la salud, prioritariamente, se viene detectando una población considerada de alto riesgo de deficiencias, es decir, niños con antecendentes de factores o circunstancias que suponen una alta probabilidad estadística, en relación con la población normal, de presentar posteriormente una deficiencia motriz y/o sensorial y/o cognitiva, si no se les proporciona la atención específica, en los primeros momentos de su vida.

Para recibir esta atención no parece aconsejable que se emita un certificado de minusvalía o de presunta minusvalía, pero sí de necesidad de atención temprana.

Para ello es necesario establecer el Dictamen Provisional de Necesidad de Atención Temprana.

Este Dictamen será elaborado por los Centros o Servicios que realicen la detección de la necesidad, y que por reunir los requisitos exigidos, estén autorizados por la Administración competente para emitir dicho Dictamen.

En tanto el reconocimiento de Centros y Servicios se vaya extendiendo y ampliando, para los niños que no se encuentren en las zonas de influencias de éstos, se seguirá el procedimiento de valoración actual.

Coordinación

Por otra parte, se estima de extraordinaria importancia en este contexto la coordinación de los Centros y/o Servicios implicados en la respuesta de atención e intervención temprana. Por ello es preciso considerar dos criterios básicos:

- Planificación conjunta de los objetivos a conseguir, rentabilizando de esta manera los recursos y esfuerzos que desde cada Centro y/o Servicio se realizan evitando al mismo tiempo solapamientos disfuncionales, y favoreciendo la participación de la familia.

- Garantizar la evaluación conjunta del progreso del niño y de las atenciones que se están dando, a fin de tomar decisiones y planificar periódicamente los cambios o modificaciones que se estimen oportunos.

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